La librería ambulante, Christopher Morley
La librería ambulante es una deliciosa y ligera novela corta, casi un relato, que nos pasea en un carromato literario por los rurales Estados Unidos de principios del siglo pasado.
Una lectura perfecta para las indolentes tardes de verano, sobre todo en mi caso que, tras salir del atrapante e intenso huérfano de Adam Johnson, necesitaba un soplo de aire fresco.
Se trata de la aventura de Helen McGill, una mujer entrada en la cuarentena que lleva quince años dedicada a su hermano y a la granja de ambos. Un buen día, un extravagante personaje -Roger Mifflin-, se presenta en la puerta de su casa con su Parnaso: un carromato-librería ambulante que tiene en venta, junto con su yegua y su perro.
En un arrebato, y para vengarse de su hermano -que disfruta de sus propias aventuras, descuidando el trabajo de la granja-, Helen compra el lote completo y se embarca en la aventura de la venta ambulante de libros, guiada por Mifflin, una especie de predicador literario que se dedica a promover el hábito de la lectura entre los granjeros.
Es una de esas historias que te dejan el ánimo henchido, aunque suene cursilón, porque te transmiten optimismo y buen humor y, también a tener en cuenta, el amor por los libros es el eje del argumento.
Querida Begoña:
Soy Sol (la mujer de Antonio). Tu página es genial, me informó de ella tu madre hace dos días y he cotilleado todos los rincones (o casi todos). ¡Felicidades! También disfruto de adicción a los libros y el que comentas hoy parece escrito para mí así que lo acabo de comprar (junto con su segunda parte).
Besos: Sol.
¡Hola Sol!
¡Qué bueno tenerte por aquí! Me alegra que te guste la página, y veo que tú también tienes un rinconcito magnífico (qué buen descubrimiento) que exploraré con calma y deleite, pues lo que he visto a bote pronto me ha gustado mucho. Espero que disfrutes de la novela (es muy cortita y amena), y ya me contarás qué tal la segunda parte…
Un beso muy grande para los dos (o, mejor, uno para cada uno… 😉 )
Me ha encantado el libro, es emocionante, divertido y lleno de libros. Estoy con el segundo. Gracias por descubrírmelo.
Besos.
El segundo libro es muy distinto al primero, aunque salen Helen y Roger no parecen los mismos: Helen es un personaje secundario y Roger no tiene la misma chispa que en el primer libro, sino que es un hombre mucho más serio. En esta novela los verdaderos protagonistas son Aubrey (un agente de publicidad) y Titania (una encantadora joven de buena familia cuyo padre desea inculcarle el amor por los libros por lo que le pide a los Mifflin que la acojan como ayudante). Se habla de libros pero de un modo mucho más crítico que en la primera novela, en la que lo importante era inculcar el amor por la lectura, sin importar del tipo que fuera. La literatura no es el trasfondo del argumento, sino el fin de la guerra y la investigación aficionada, por parte de Aubrey, de una trama de espionaje. Es un libro irregular, cuya historia se interrumpe con frecuencia para dar paso a profundas reflexiones que el autor pone en boca de Mifflin. Es entretenido pero sin la ligereza y el humor de la primera parte.
¡Madre mía! ¡Qué rapidez! No me había dado tiempo a responderte al comentario del primero y ya te habías leído el segundo, jajaja. Es una lástima que la segunda parte no conserve el tono de la primera; yo creo que eso era lo que la hacía especial… Después de tu opinión, creo que de momento no me animaré a leerla, prefiero guardar el buen recuerdo de la extraña pareja y su Parnaso ambulante…
Besos.