[imageframe lightbox=”no” style=”dropshadow” bordercolor=”” bordersize=”3px” stylecolor=”” align=”left” animation_type=”0″ animation_direction=”down” animation_speed=”0.1″][/imageframe]La cocinera de Himmler. Franz-Olivier Giesbert
He aquí uno de esos libros que me empujaron a escribir mis propias reseñas. Otra vez he sido víctima de una reseña de contraportada muy prometedora –“Rose pertenece ya a esa galería de grandes personajes literarios de los que no podemos separarnos” (sic)-, respaldada por una gran promoción, que acaba en promesa inclumplida.
Esta es la historia de Rose, una cocinera con 105 años a sus espaldas, que ha sufrido en sus propias carnes el genocidio armenio, el nazismo y el comunismo de Mao.
A través de sus memorias conoceremos sus amores y sus muertos, y quizás le proporcionaron más placer los segundos que los primeros, ya que su consigna vital es:
“Hasta mi último aliento, e incluso después, no creeré en nada salvo en las fuerzas del amor, de la risa y de la venganza”.
Es cierto que la novela comienza de forma muy estimulante, y durante las primeras páginas funciona bastante bien. El personaje de Rose en su vejez es muy singular y sugerente, e incluso la primera parte de sus memorias es muy interesante. Además la historia está aderezada con geniales máximas cargadas de mucho humor e ironía:
“…el futuro es un eructo, un hipo, una náusea, y a veces el vómito del pasado.”
“No hay nada más estúpido que la gente inteligente. Basta con alabar su ego para manipularlos a voluntad. La credulidad y la vanidad van a la par, se nutren la una de la otra, incluso en las mentes más despiertas.”
Pero, al igual que El abuelo que saltó por la ventana y se largó (que confieso no puede acabar), más allá de la sorpresa y la originalidad primera, la historia comienza a hacer aguas pasado un tercio de sus páginas. Y es que no es suficiente el recurso de la poco usual y ordinaria anciana que aún piensa en el sexo para mantener viva la llama. La vida de Rose deja de ser interesante para convertirse en un inverosímil y aburrido catálogo de amantes y homicidios.
Para utilizar un símil que viene muy al caso, pensé que iba a comer caviar y resultó que eran huevas de salmón.
Hacía un montón que no entraba en tu estupendo blog. Creo que el libro del abuelo que saltó por la ventana….debe de ser de los poquísimos que no compartimos porque a mi me encantó. Además ese hombre me recordaba a alguien muy querido por su radical libertad, su independencia, su carencia total de egoismo. Tambien por el recorrido de la “geopolítica”.
Jajaja, creo que esa es la diferencia más importante que mantenemos… Ya sabes que me gustó mucho al principio, pero me fui aburriendo y desinflando a medida que pasaban las páginas. Debo de tener alguna especie de intolerancia a los best-sellers.Tendré que mirármelo en el alergólogo… 😉
Por qué será que para mantener encendida la llama siempre se piensa en sexo?
Habiendo tantas cosas que mantienen intacta la pasión.
Me gusta tu blog y tu comparación del final de esta entrada!
Saludos.
¡Muchas gracias Dana! Pues sí, para mantener encendida mi pasión por un libro, hay muchos elementos… Creo que más bien se trata de un conjunto de de piezas -cualesquiera que sean- que han de encajar de forma armónica y atraparte sin remedio.
Gracias de nuevo por tu comentario y ¡saludos!
Este libro me llamó la atención desde el momento que lo vi, así que no tardé en hacerme con él. Aun no lo he leido, pero la verdad que los comentarios que ha recibido hasta ahora son bastante decepcionantes, decepción que tú también transmites. Una pena, porque el planteamiento era llamativo. Buenas ideas desaprovechadas ¡qué rabia!! De todas formas ya que lo tengo sé que lo leeré más tarde o más temprano.
Besos
A mí me ocurrió lo mismo: entre el título -muy potente- y, como tú dices, el magnífico planteamiento, en seguida deseé leerlo. No he visto otros comentarios, pero me tranquiliza un poco saber que no soy la única que opina así. En cualquier caso, quizás mi decepción está a la medida de mí expectativa…
Espero que me comentes qué te pareció a ti, así contrastamos opiniones 😉
Muchas gracias por participar y ¡saludos!
Aunque es una historia que prometía, veo que se desinfla a medida que vas leyendo. Mal asunto. Por el momento no va a mi lista. Quizás, si se me cruza un día, le doy una oportunidad.
¡Hola Bea! Sí, bajo mi punto de vista, empieza muy bien y termina como los globos de cumpleaños al final de la fiesta… :'(
¡Un Saludo!
¡Hola Bea! Sí, bajo mi punto de vista, empieza muy bien y termina como los globos de cumpleaños al final de la fiesta… :'(
¡Un Saludo!