Sin noticias de Dior, Beatriz Miranda
Una novela frívolamente divertida e ingeniosa: la radiografía de una mujer superficial, vanidosa y caprichosa pero arrolladora e irresistible.
Esta mujer es Nada -María Granada Peralta Guelbenzu-, divorciada, casada en segundas nupcias, madre y abuela y, sobre todo, flamante propietaria de un vestidor repleto de joyas vintage y actuales de Dior, Chanel, Gucci, Balenciaga… Esta es su posesión más valorada y su obsesión.
Aprovechando un domingo en que toda la familia estará fuera, Nada decide hacer limpieza general en su vestidor. Su asistenta paraguaya, Flori (antagonista de la “señora”), limpia en la planta baja mientras espera la visita de sus tres hijos, recién llegados de Paraguay.
La cosa se complica cuando resulta que los tres retoños no llegan con intención de visitar a su madre, si no de desvalijar la casa. Golpean a su madre y encierran a Nada en el vestidor. Durante el encierro, esta se dedica a hacer examen de conciencia y, a través de su “memoria textil”, va desgranando los episodios más importantes de su vacía existencia.
Descubrimos a una mujer egoísta pero muy inteligente, plenamente consciente de quién y qué es: “Si es que los de mi extracción somos malas personas, el dinero no nos hace más buenos. Nosotros confundimos caridad con bondad. Obra social con autenticidad de espíritu.” Que cree “en las drogas legales, no en el santoral”, y en los privilegios de clase y del dinero.
Sin embargo, su vida es contradictoria: “siempre me consideré de valores férreos aunque de talante liberal” ; atrapada en un guión que la obliga a actuar de cierta manera. El cautiverio hará que se habrá la Caja de Pandora…
Esta novela es una reflexión constante, y una buena demostración de que lo frívolo no necesariamente está reñido con lo interesante, ni lo trascendente con lo humorístico.
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Has hecho interesante una novela que, en principio, nunca me hubiera llamado. Me quedo con tu frase final: Esta novela es una reflexión constante, y una buena demostración de que lo frívolo no necesariamente está reñido con lo interesante, ni lo trascendente con lo humorístico. Lo difícil es encontrarlo (sobre todo lo primero), pero por supuesto que lo hay. ¡Saludos!
Sí, la verdad es que para ser una novela aparentemente “ligera”, tiene una buena dosis de crítica velada a todo ese mundo tan frívolo…
Gracias por tu comentario y ¡saludos!